MEDITACIÓN: Una herramienta transformadora para la familia, la escuela y el trabajo

Si transformamos nuestro modo de percibir las cosas, estamos transformando la calidad de nuestra vida.

15 Diciembre, 2016

Nos esforzamos mucho para mejorar las condiciones exteriores de nuestra existencia, pero, en resumidas cuentas, al que siempre le toca bregar con la experiencia del mundo es a nuestro espíritu, y lo traduce en forma de bienestar o de sufrimiento. Si transformamos nuestro modo de percibir las cosas, estamos transformando la calidad de nuestra vida. Y este cambio es el resultado de un entrenamiento del espíritu denominado “meditación”.

                                                                                                            Matthieu Ricard

 

Silencio y contemplación. Acciones que parecen imposibles de ejercer en medio de los innumerables estímulos a los que estamos acostumbrados a exponernos diariamente, a veces sin siquiera advertirlo.

Cómo volver la mirada hacia dentro, cómo observar con serenidad, gratitud y entrega, los diversos eventos del sendero que transitamos.

Aquellos que respetuosamente anduvieron este mundo antes que nosotros, nos dejaron amablemente una dirección trazada. Esa posibilidad de hallar y centrarnos, entre el estrépito y lo superfluo de lo cotidiano, en la profundidad de lo simple: Respirar. Y es al tomar consciencia de la respiración que todo toma un sentido.

La práctica de la meditación constituye una condición natural del ser humano, una facultad tan sencilla como el respirar, pero que vamos olvidando ejercer al dejarnos atrapar por la rutina artificial de un sistema de vida impuesto que poco a poco nubla nuestras consciencias. Este sistema que incluso provoca que las expectativas de los padres hacia sus hijos se enfoquen en la valorar más el logro de altas calificaciones en vez de atender su educación emocional y el desarrollo de habilidades básicas para la vida como la tolerancia ante la frustración, la capacidad para tomar decisiones o para disfrutar plenamente de lo que se hace en el momento presente.

Sin embargo, la posibilidad de acceder a este estado de presencia a través de la meditación está siempre disponible para cualquiera de nosotros. Caminar, cocinar, comer, tomar una ducha, pasear al perro, limpiar la casa o la oficina, diseñar o construir algo, o simplemente sentarse a observar el movimiento de las hojas de un árbol durante la pausa en el trabajo, pueden convertirse en actos meditativos.

Desde que un bebé alcanza a enfocar su atención en un elemento de su agrado, la capacidad potencial para meditar está presente. La ternura con que la madre le brinda su pecho o la calma con que el padre le muestra e intercambia un gesto u objeto, pueden ser los primeros pasos en el entrenamiento de esta práctica. Es entonces tarea de los cuidadores de este nuevo ser, ampliar las condiciones favorables en sí mismos, en la familia que han creado y por ende, en el ambiente que habitará este futuro ciudadano del mundo para que este extraordinario potencial se desarrolle.

Los beneficios de la meditación en el logro del equilibrio físico y mental son ampliamente conocidos a través de numerosas investigaciones científicas. Estudios realizados en el campo clínico han demostrado los efectos positivos de la meditación en problemas como el estrés crónico, además de asegurar hechos como que los meditadores tienen mayor densidad neuronal, son más felices y menos propensos a sufrir depresión. Es por este motivo que fundaciones de personajes famosos financian programas de mindfulness en diversas partes del mundo y que exitosas empresas como Google brindan formación a sus empleados en torno a la meditación. Y son aún más sorprendentes los hallazgos en cuanto a sus efectos en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños, constituyéndose también como una excelente alternativa para reducir el impacto negativo de cualquier fuente estresante del entorno.

En países como España, Bélgica, Inglaterra, Holanda, Australia, Estados Unidos y Canadá, la práctica de la meditación denominada también mindfulness o atención plena ha empezado a ser introducida en las escuelas desde hace unos pocos años. Programas y talleres escolares como el Programa Aulas Felices, Treva, Escuelas Conscientes, MindUP,  Mindfulkids, entre otros desarrollados en estos países, han demostrado tener efectos maravillosos en la mejora de las notas de asignaturas como matemáticas, así como en la conducta prosocial y el fortalecimiento del optimismo que previene y reduce síntomas asociados a la ansiedad y la depresión en niños y adolescentes. En estos centros educativos, principalmente españoles, se ha observado la disminución significativa del absentismo y la conflictividad entre los niños, encontrándose casos en los que la proporción de alumnos que pasa el año escolar con todas las asignaturas aprobadas ha incrementado notablemente, mejorando su concentración, atención, autoestima, empatía y habilidades sociales. Tanto los docentes como los padres perciben a niños y adolescentes con una mayor capacidad para regular sus emociones y disminuir la agresividad, la ansiedad, el estrés y la fatiga, como también con mayores destrezas académicas adquiridas.

Todo esto es posible de ser alcanzado tan sólo introduciendo en nuestra actividad una pausa, el silencio y la atención en la respiración por unos pocos minutos. Simplemente con recordarnos a nosotros mismos el privilegio de encontrarnos viviendo un momento hermoso y único en que el pasado no existe y el futuro aún está por construirse.

PATRICIA MELÉNDEZ

Tips para meditar:

Introducción a la meditación en español

(https://peacerevolution.net/videos/?page=2)

Cómo meditar en un minuto

(http://www.onemomentmeditation.com/)